Para principios del siglo XX la actividad ferroviaria se había desarrollado año tras año de forma notable y progresiva en sus líneas de explotación, utilizando el servicio que ofrecían los trenes para el transporte de cargas desde el interior del país hacia los centros portuarios. Esto generó el aumento de las instalaciones fijas, las maquinarias, el material rodante, etc., y para poder responder a las necesidades que implicaba dicho proceso de expansión propiamente dicho.
En Laguna Paiva se había establecido la
sede de la construcción de un empalme a Catamarca, ejecutándose el ramal a Dean
Funes (Pcia. de Córdoba). Ello dio origen a la implementación de un centro
ferroviario cuyo progreso ha ido en aumento en razón también de su situación
estratégica, pues representaba por aquellos años el centro industrial del
ferrocarril más próximo a la cabecera de la red que se situaba en la ciudad de
Santa Fe.
Terminado el citado ramal quedaron unidas
las zonas Oeste y Norte, o sea lo que fue el Ferrocarril Argentino del Norte
con el Central Norte Argentino, con la zona Sud que iniciaba la extensa red. Es
así como, aprovechando las instalaciones, nace el taller de Laguna Paiva en
condiciones modestas y con los elementos de aquella época junio de 1915).
El trabajo en aquellas primeras
instalaciones, de las que observamos algunas fotografías en el capítulo
anterior, fue aumentando paulatinamente, respondiendo a las necesidades cada
vez más crecientes. En el año 1928 se amplían los talleres y moderniza por
completo el lugar incorporando maquinarias y herramientas para mejorar la
productividad de la empresa y de esa forma poder atender con eficiencia las
exigencias que día a día se hacían más imperiosas.
Estudiadas con detenimiento las
necesidades de ese entonces y auxiliados por la experiencia de los funcionarios
a cargo del Departamento Mecánico, se determinó proyectar un moderno taller
para destinarlo en forma exclusiva a la reparación, construcción y armado de
vagones.
En el año 1929 se habían iniciado los
trabajos de construcción en los nuevos talleres con la concreción de tan solo
una parte del proyecto, erigiendo dos galpones de 20 x 200 metros a cuyo
término (año 1930) las nuevas obras quedaron paralizadas hasta mediados de 1934
cuando se reinician en forma intensiva y continua hasta su completa terminación
en el año 1943.
La planta de los nuevos talleres fue
emplazada en un terreno cuya superficie la constituye un triángulo, delimitado
al Este por la línea férrea a Tucumán, al Sur por el ramal a Córdoba (Laguna
Paiva Deán Funes) y al Oeste por la vía de cintura que une las dos líneas
principales mencionadas.
En este capítulo se podrán observar fotografías que ilustran lo que fue aquel proceso de actualización ejecutado por la empresa ferroviaria, y el desarrollo de actividades que se realizaban en los flamantes talleres y que muy pronto se convertirían en un imán para atraer mano de obra, lo que impactaría notablemente en el crecimiento demográfico del pueblo.